lunes, 5 de diciembre de 2016

NaNoWriMo, balance

Terminó noviembre y por lo tanto el plazo para escribir una novela de 50.000 palabras. El reto, no es imposible, en realidad son unas 1.600 palabras que se pueden escribir perfectamente en un par de horas, eso sí, si la inspiración ha venido a visitarte en ese momento y sabes exactamente qué escribir.

Al final me quedé a unas poquitas miles de terminar. Pero bueno, supongo que no gestioné demasiado bien el tiempo, para empezar comencé como el día 5 de noviembre así que ya entré con un pequeño desfase que tenía que ir superando día a día. Después vinieron algunos días en los que no escribí (aunque ahí sí que fueron pocos) y otros en los que aunque me ponía no conseguí pasar de las 1.000 palabras. Por lo tanto, al final, tenía demasiado trabajo acumulado y poco tiempo para realizarlo.

A pesar de madrugar los fines de semana, delegar algunas responsabilidades en casa y encerrarme alguna que otra tarde en la habitación de mi hija, no conseguí acabar. Además, los primeros días pensaba demasiado y escribía demasiado poco, algo que dejé de hacer los últimos días, pese a que escribía cosas que no me gustaban nada. Pero el proceso fue muy positivo y me encantó volver a tener en mente un proyecto creativo que me abstrajera del día a día. Los últimos días, de hecho, no podía pensar en otra cosa, me sentía nerviosa y tenía un dolor de cuello terrible, hasta que me di cuenta de que no podría terminar y me relajé, por fin.

En cualquier caso, puedo decir que estoy bastante contenta con lo que hice. Tengo que concluir la historia y cuando lo haya hecho la dejaré reposar unos meses. La releeré y veré qué se puede sacar de ahí, porque aunque hay partes de las que estoy bastante orgullosa hay otras que seguramente cuando las vuelva a leer me resultarán de lo más bochornosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario