A la
par que terminaba de leer las peripecias del pequeño huérfano, iba leyendo la
biografía de referencia de Dickens, El observador solitario, de Peter
Ayckroid, así que pude comprender cómo está escrita y el porqué el
estilo del principio no tiene nada que ver con el final.
Oliver
Twist se puede considerar una novela de juventud en su primera parte y una
novela de madurez en la segunda mitad. Durante el periodo que duraron las
entregas de esta universal historia, la propia historia personal de Dickens
pasó de la felicidad casi absoluta (con matrimonio incluido) a la tristeza más
profunda debido a la muerte de su cuñada, Mary Hoggarth, con apenas 16 años.
Ambos estaban muy unidos y Mary pasaba largas temporadas en casa de su hermana
y su cuñado. La adoración que él sentía por ella era más que evidente y su
repentina muerte fue un revés muy duro para la familia Dickens y en especial
para el escritor. Este punto de inflexión está presente en la novela, y Mary
aparece claramente retratada en el personaje de Rose Maylie.
Así, la
socarronería, los sarcasmos, el ritmo veloz y trepidante, las anécdotas, incluso las dosis de comicidad
de los primeros capítulos dejaron paso a un estilo más sosegado, grave,
dramático. En los primeros capítulos, somos más conscientes del narrador, en la
segunda parte, es más omnisciente. Con descripciones más elaboradas y
personajes más lúgubres. De hecho, leer Oliver Twist constituye un proceso en
sí mismo, lo cogemos con el ansia del niño al que le dan una piruleta, apenas
nos da tiempo a saborearlo, queremos leer más y más, hasta que poco a poco,
comenzamos a saborearlo, ya no tenemos tanta urgencia, no hay tanta intriga en
su trama, ahora la clave es el disfrute, la templanza y la tristeza al saber
que se nos acaba. La primera parte es como una serie de televisión, la última
parte es como una película.
Pasados
unos años de su publicación por entregas, Dickens volvió a revisar la obra para
su edición como novela. Aún así, su estructura sigue sin ser perfecta y
mantiene el impulso, la frescura y el ímpetu del escritor joven, novel. Tal vez
en su imperfección radique su éxito y su leyenda, en este caso la pasión gana a
la perfección.
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